domingo, 25 de mayo de 2008

La mujer que quería alquilar su vientre (arreglado)

Había una vez un matrimonio con cuatros hijos, dos mellizos de tres años, una nena de dos y otra de ochos meses, que vivían muy felices en una casita muy precaria de Pilar. Ella era ama de casa y cuidaba a sus hijos. Su marido salía a trabajar para traer el pan de cada día a su mesa.
Un día el matrimonio discutió fuertemente y el marido decidió irse de la casa. Ella lo esperaba ansiosamente pensando que él volvería, pero al pasar un mes entero, decidió ir a la justicia para que su ex marido le pase una cuota alimenticia para los chicos.
Al poco tiempo de que su esposo la dejara se fue a vivir con su madre y su hermana. Su madre había sufrido un accidente y había quedado paralítica y su hermana no tenía un trabajo fijo.
Al no poder dejar a su madre sola ni a sus hijos, ella no podía salir a trabajar y mientras tanto, esperaba ansiosamente la respuesta de la justicia. Al darse cuenta que esa respuesta no vendría, tomó la decisión de alquilar su vientre, para ayudar a una mujer que no pueda tener hijos y darles a los suyos una vida un poco mejor. Pensaba pedir una ayuda mensual durante el embarazo y, una vez que nazca el bebé, pediría un monto como para cubrir a sus hijos hasta que sean un poco más grandes y pudieran salir a trabajar.
Al poco tiempo de su anuncio del alquiler recibió algunas ofertas y decidió aceptar la de una pareja, que no podía tener hijos y hacia mucho que lo deseaban.
Ella tuvo a su hijo en su panza hasta que nació y se lo dio a la pareja. Actualmente sus hijos son grandes y trabajan, y ella vive con la pensión de su madre en su casa.